El Cultivo de la Henna


La planta de henna es originaria de las regiones tropicales y subtropicales de África, Asia meridional y el norte de Australia.   Crece en zonas semi-áridas.  Se cree que produce mayor contenido de colorante en temperaturas entre 35­° y 45° C. Durante el comienzo de los intervalos de precipitación, la planta crece rápidamente, dando lugar a  nuevos brotes, luego de esto el crecimiento se ralentiza,  las hojas amarillas se caen poco a poco durante los intervalos prolongados. No prospera donde las temperaturas mínimas están por debajo de 11 C. Temperaturas por debajo de 5 º C a matarían la planta de henna.

En la India la Henna se cultiva principalmente en el estado de Rajhastan, sobre todo en los alrededores de Jodhpur, que es una zona semidesértica con elevadas temperaturas que pueden alcanzar hasta los 50° centígrados.  Gracias a estas elevadas temperaturas la henna obtiene mayor capacidad colorante, y esta es la razón por la cual la henna que producen sea la más valorada mundial mente.
El cultivo de la henna en India es casi siempre Artesanal, esto le da un toque especial, ya que son las manos de las personas las que están en casi todo el proceso de producción. 



La henna se comercializa habitualmente como un polvo hecho por secado, molido y tamizado de las hojas. El polvo seco se mezcla con el jugo de limón, té fuerte, u otros líquidos ligeramente ácidos para hacer una preparación con una consistencia similar a la pasta de dientes, que puede ser utilizada para hacer tatuajes temporales en el cuerpo bellamente elaborados.  La mezcla de henna debe descansar durante 6 a 24 horas antes de su uso.


Al igual que con los tatuajes, el polvo de hojas secas de henna se debe mezclar con un ácido suave como jugo de limón, jugo de naranja, o vinagre y se deja reposar. La pasta resultante se aplica al cabello durante varias horas para que las partículas de color puedan adherirse a los filamentos del cabello.







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